lunes, 22 de abril de 2024

“¡QUÉ MALA MEMORIA!”

 

Ayer recordé algo que leí una vez sobre los defectos de Jesús. Ciertamente pude experimentar que es cierto, tiene muy mala memoria.

Estaba todavía consolada por su visita el otro día y por lo que había acontecido. Y volvió a aparecer tan solo 48 horas después. No hizo alusión a nuestro encuentro ni a lo que había pasado, es como si aquello ya se hubiera desvanecido, como si ya no tuviese importancia, como si no hubiese ocurrido. No podía creerlo pero me hizo sonreír la situación. Y a la vez me dije: “Bendito sea el Señor por su mala memoria”. Porque eso me confirma que tampoco lleva cuenta de mis caídas, de los hoyos en los que me he metido, de las veces que me he enlodado… La esperanza para mí sería solo una ilusión. Pero nada de eso. Es capaz de hacer nuevas todas las cosas. Cada día es nuevo.

Hoy soy libre para decidir amar o reservarme todo lo que me ha regalado, para buscarle o buscarme, para responderle o hacer mi voluntad.

Hoy se me da otra vez la oportunidad de levantarme, de dar un paso más, de abrir los ojos y estar atenta a su Presencia, de encontrarme con Él…

Un nuevo día para abrazar lo que venga, para agradecer, para perdonar y pedir perdón, para amar…

Para Él cuenta el ahora, el presente. En esta realidad, en este momento, está. Aquí y ahora es donde puedo encontrarme con Él y responder con lo que soy y tengo a tanto amor.